¿Castigo o consecuencia?
Autor: Yolanda Fajardo Ponce
Fecha: Septiembre del 2018

En la actualidad existen muchos métodos educativos que nos aportan una guía para educar a los pequeños. Muy recomendado es aprender a diferenciar entre
un castigo y una consecuencia a la conducta ejercida. La segunda es un método que nos ayuda a que el niño experimente el autocontrol y identifique correctamente cuál fue la conducta que no debe repetir debido a la consecuencia formativa que recibió. Pero, ¿cómo podemos poner una consecuencia educativa de manera efectiva? Estas deben de ser inmediatas, si no se realiza después del acto inadecuado esta perderá sentido y efectividad. Coherente, para que la consecuencia tenga relación con el acto cometido.
Los tutores o padres de familia deben de poner la consecuencia de forma adecuada y ejercida entre ellos para evitar confundir al pequeño. Se debe de mostrar firmeza, al tomar una decisión y plantear la consecuencia debemos de mantenernos firmes en ella, para que el menor conozca el limite y no piense que tiene la posibilidad de moverlo. Se puede ser flexible en algunas ocasiones pero solo en caso de mostrar que se recibió la formación adecuada y muestre arrepentimiento sincero del suceso. Esta consecuencia debe de estar acompañada de una explicación breve y concreta de porque estuvo mal la conducta y porque debe de ser modificada, de esta manera el niño tendrá aclarada la consecuencia y podrá reducir la frustración del menor. Hay que recordar siempre que la consecuencia es un efecto de la acción ejercida y el castigo es una imposición incomoda de la situación. Lo mas importante de esto es mantener una buena relación con su hijo, reducir su malestar y obtener la formación adecuada.
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Bibliografía
Verduzco, A. (2004) Cómo poner límites a tus niños sin dañarlos. Editorial: Pax México.
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