¿Cuándo llevar a un niño al psicólogo?


Como en la mayoría de los casos, acudir a una consulta a tiempo o hacerlo desde antes como una forma preventiva, logra grandes resultados hasta en menor tiempo y no es la excepción cuando se trata de ir a un psicólogo infantil puebla.

El desarrollo de los niños es un viaje que se encuentra lleno de altibajos: tan rápido como se emocionan por sus enormes avances, también pueden retroceder con la misma velocidad, ya que en este periodo son muy propensos a ser víctimas de las circunstancias que están viviendo. En realidad, es muy común que los infantes tengan problemas para dormir, que algunas veces hagan pipí en la cama, que lloren sin una razón aparente, que peleen con sus hermanos o que hagan alguna rabieta. Generalmente, todas estas reacciones duran muy poco tiempo y no son conductas que logren interferir su desarrollo.

De vez en cuando, no sabemos con certeza qué les está pasando a nuestros hijos, pero ya que los conocemos, sentimos que algo no está del todo bien; probablemente su comportamiento cambió y ahora están actuando más tímidos, retraídos, ansiosos o tristes, o tal vez, regularmente se están quejando de dolores corporales. Los problemas psicológicos por los que pueden estar pasando los niños, suelen manifestarse también a través de distintas maneras, como malestares que interfieren en sus actividades cotidianas.

No obstante, hay ciertas situaciones que se pueden salir del control de los padres, hasta el punto de agotar todos los recursos que conocen para tratar de arreglar las circunstancias. Estos detonantes son una señal de alarma que indica que es indispensable recibir la ayuda de un psicólogo infantil puebla.

A continuación, te vamos a presentar 5 señales que sugieren que debes visitar a un profesional:

  1. • Se adopta una conducta agresiva, hostil o difícil que parece no tener explicación: si los niños empiezan a actuar de una forma violenta y sin un motivo aparente, lo más probable es que esté atravesando por un momento que lo angustia y no sabe cómo actuar ante él. Por lo general, la ira y las actitudes agresivas en los niños, suelen estar relacionadas con una carencia de recursos para enfrentar situaciones, o bien, con una sensación de frustración por no poder hacerlo. De cualquier manera, estas posturas suelen ser un indicativo de que algo está impactando al niño, por lo que ir al psicólogo es muy conveniente.

  2. • Se produce vuelve a comportamientos que no se han superado: el dar un paso atrás es un mecanismo que se emplea para enfrentar situaciones difíciles. Es una estrategia que se emplea inconscientemente, donde los niños muestran comportamientos inmaduros que ya habían logrado superar anteriormente (como usar pañal, chupón o biberón) como una forma de defensa para poder regresar a un momento en el que se sentían protegidos y seguros. Una vez que ganan esa confianza, superan el “retroceso” y vuelven al punto en el que estaban antes. El problema inicia cundo los pequeños no pueden superar la regresión por sí mismos, lo cual es un indicio de que no puede hacerle frente a las circunstancias. En este caso, es de suma importancia acudir a un psicólogo infantil puebla para que le dé al chico las herramientas necesarias y logre superar esa fase.

  3. • Se presentan cambios inexplicables en su conducta: la intranquilidad, violencia o ira no son las únicas señales de que algo no está bien; algunas veces, un pequeño cambio en su comportamiento normal puede significar que algo está pasando. En realidad, pequeños detalles, como mostrarse tímido cuando suele ser amistoso, que le dejen de gustar algunas cosas que antes le fascinaban, bajar su rendimiento académico o estar más triste de lo habitual, pueden ser signos de que algo está ocurriendo, y si bien no hay que saltar a conclusiones aceleradas, la mejor opción es agendar una cita con el psicólogo.

  4. • Hay problemas para concentrarse en una sola tarea: muchos niños necesitan estar moviéndose durante todo el día y son muy intranquilos, que es completamente normal, pero hay ocasiones en las que esto les impide concentrarse en las tareas que son importantes, lo que induce que cambien de una labor a otra sin parar y sin terminar alguna. Por lo general, esta pauta afecta negativamente su aprendizaje, haciendo difícil que el niño pueda entender los temas. Es usual que los niños pequeños presenten este tipo de comportamiento por las características de su sistema nervioso, aunque también se puede tratar de un trastorno de hiperactividad. En cualquier caso, es mejor contar con la opinión de un profesional que pueda diagnosticar la causa del problema y favorezca a solucionarlo.

  5. • Aparecen problemas físicos sin respaldo médico: muchas veces, los niños fingen estar enfermos para no ir a la escuela o evadir sus responsabilidades, pero cuando en verdad están enfermos, pero parece que no hay una razón médica aparente, se puede tratar de un proceso psicológico inconsciente para evitar enfrentar alguna situación. En pocas palabras, si un infante tiene dolor de cabeza, problemas digestivos o de la piel (por mencionar algunos), y no se encuentra una razón médica de su aparecimiento, se puede tratar de un trastorno psicológico, no físico. Para descartar esta opción, lo más recomendable es agendar una cita con el psicólogo.

Si tu hijo presenta alguno de los síntomas que describimos anteriormente, ¡contáctanos! Juntos podemos encontrar la solución.


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