Qué hacer cuando mis hijos se pelean


Autor: Psicóloga Jimena Mijares 

Fecha: Junio del 2019

Es el sonido más glorioso: tus dos hijos riéndose y jugando. Puedes simplemente sentarte, en una habitación completamente diferente, sin interrupciones. Pero entonces el sueño termina. Un grito de "¡Es mío!", no puedes estar seguro porque está ahogado por llanto. Un hijo, probablemente el menor, llama: "¡Mamáaa!"

Te enfrentas a una decisión. Podrías entrar y arreglar la situación, pero una batalla similar aparecería en no más de seis minutos, y serías llamado para ser el al árbitro. Siempre serás llamado para ser el al árbitro. Quieres retirarte de ese trabajo. Lo que quieres y necesitas es que tus hijos puedan trabajar sus asuntos por su cuenta.

Es una gran meta, y una útil, porque el conflicto dentro de las familias no puede y no debe ser eliminado. "La relación entre hermanos es donde se aprende a pelear", dice Corinna Tucker, profesora de desarrollo humano y estudios familiares en la Universidad de New Hampshire. Tus hijos tendrán que hacerlo con amigos en la escuela, y un día, con compañeros de trabajo . Su capacidad para manejar el conflicto de manera productiva los preparará para el éxito, y tú puedes crear el espacio para que aprendan.

Pero la tarea de enseñar a los niños pequeños a resolver sus propios pleitos no es fácil. Los hermanos están juntos todo el tiempo, probablemente más que contigo. Están compitiendo regularmente por todo: comida, juguetes, sillones, tu atención. Incluso si se llevan bien, una tensión de relación básica proviene de que quieren lo que el otro quiere.

Y no siempre se llevan bien, no importa lo que hagas. En especial cuando tus hijos están cansados, es fácil para los hermanos mayores desquitarse con los más pequeños. 

Cuando el conflicto ocurre inevitablemente, los niños pequeños no están dotados naturalmente con habilidades para resolverlo. Su capacidad para regular sus sentimientos no ha madurado por completo. 

Cómo ayudar a los niños a resolver problemas

Con este tipo de dinámica de hermanos, necesitarás más que "ustedes dos lo solucionan" para calmar las lágrimas y los gritos. Lo que necesitas es fomentar la mediación, en la que sus hijos terminen ideando una solución. 

  1. 1. Qué pasó Los niños primero tienen que entender lo que tú estableces como reglas básicas. Por ejemplo, no interrumpir, no insultar, no gritar. Solamente cumpliendo  esas reglas, habrán de explicar qué fue lo que pasó. 

  2. 2. Espera tu turno Cada niño tiene su opinión y puede definir el problema como él lo ve. Ayúdalos a que encuentren puntos en común de ambos relatos. Tiene que llegar ellos a encontrar cuál es el problema y cómo los hace sentir. 

  3. 3. Considera la versión de todos Después de que los niños hayan compartido sus versiones, pregúntales a cada uno cómo se sintió: dale opciones: enojado, triste, desesperado, etc. Luego pregunta al otro hermano: "¿Puedes repetir lo que dijo y  sintió tu hermano?" Esto los entrena en la capacidad de escuchar a la otra persona.

  4. 4. Dime una solución. Los tres pasos anteriores alientan a compartir, escuchar y mostrar empatía, y todos trabajan hacia el objetivo final de encontrar un remedio. Cuando encuentren la solución, revisa la que sean sugerencias realistas. Como padre, puedes empujarlos para que profundicen en soluciones más sensatas, pero en última instancia, los niños son los dueños del resultado.

  5. Y cualquier idea que se les ocurra es solo eso: una idea. Estás trabajando en la resolución de problemas, lo que requiere creatividad. Cuando hagan una propuesta, pregúnteles cómo creen que funcionará. Luego pídeles que lo prueben, vean cómo funciona realmente y, si es necesario, prueben algo más. "Los pone en modo de lluvia de ideas, lo que los abre a nuevas posibilidades". 

  6. Como no decides el resultado, nadie siente que ganó o perdió o que tomaste partido, lo que reduce aún más el posible resentimiento. 
  1. 5. Ten un plan B. Cuando los mejores esfuerzos fallan, porque lo harán, ten un plan de respaldo, ya sea Piedra, Papel o Tijera o lanzar una moneda y echar un volado. Tus hijos tienen motivación para resolver algo, pero si no pueden hacerlo, hay un último recurso conocido.

  2. 6. Ten paciencia. El objetivo final es que tú no tengas que ir a arreglarlo, pero la realidad  es que este no es un proceso rápido. Al principio, necesitas involucrarte más directamente y poco a poco supervisar cómo lo resuelven ellos mismos. 

Para lograr estos pasos, elogia lo positivo: "Fue genial cómo hablaste claramente cuando estabas molesto" o "Fuiste un campeón cuando le prestaste el juguete a tu hermano".

Aunque aprendan a resolver conflictos ellos mismos, de todas maneras, no es prudente dejar a los niños jugando por largo rato sin supervisión. Es buena idea estar cerca, monitoreando. 

Si necesitas más información o ayuda para este u otros temas, agenda una cita con un psicólogo o psicóloga en Puebla en el Centro de Psicología Integramente 

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Referencia: Calechman, S. (2019). How to Teach Siblings to Resolve Their Own Arguments. Greater Good Magazine. 


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