Cada emoción tiene energía que nos moviliza a “hacer algo” y ese algo encaja en el momento particular que estamos viviendo, además las emociones tienen una función útil, esto es, el mensaje que traen a nuestra vida y que nos puede ayudar a entender las situaciones por las que estamos pasando y poder reaccionar de mejor manera.
Para que puedas entender que te quiere decir una emoción, lo primero es que te permitas sentirla junto con los cambios y sensaciones que ocurren en tu cuerpo, además, aprende a aceptar lo que sientes como parte de quien eres, finalmente identifica y dale nombre a eso que estas sintiendo, a esa emoción en particular. Abajo describo el mensaje de cinco emociones consideradas universales.
Tristeza. Cuando nos damos cuenta que hemos perdido algo importante nos invade la tristeza, la nostalgia o la desolación. La tristeza nos ayuda a entender que estamos sintiendo dolor ante una perdida y nos pide tomar tiempo para meditar en lo que hemos perdido, así como para pedir ayuda, sanar y cerrar este ciclo de duelo.
Gozo. El gozo o alegría nos permite reconocer todas las experiencias nuevas o conocidas que traen sentimientos agradables, desde el asombro y placer sensorial, hasta la paz y el éxtasis. Nos permite sentirnos vivos y darnos cuenta de todas las posibilidades que tiene la vida, enaltece nuestras ganas de vivir y nos permite compartir con los demás nuestra alegría.
Enojo. El enojo y en mayor intensidad la rabia los sentimos cuando percibimos que algo es injusto, es la respuesta de nuestro ser a algo que nos indigna. El enojo trae consigo mucha energía que nos sirve para poner límites y decir “no” ante situaciones que denigran y dañan.
Disgusto. El disgusto es una reacción adaptativa que nos previene de ser envenenados, es una señal de que algo no nos caerá bien, ya sea una indigestión estomacal o una social. Nos pone alerta ante algo que nos envenena y nos pide rechazarlo y alejarnos.
Miedo. El miedo es una alerta innata que nos sirve para ponernos a salvo ante el peligro, el miedo nos pide cuidarnos y estar atentos a la amenaza que percibimos. No hay que añadir más ansiedad al miedo, juzgándote o etiquetándote como alguien miedoso, al contrario, es importante encontrar la amenaza y determinar si es real o imaginaria.
Espero que la descripción de las anteriores emociones te sirva para entenderte mejor, si te sientes abrumado por tus emociones y no sabes cómo manejarlas te recomiendo que pidas ayuda a un profesional, estamos para servirte.
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