El conflicto familiar es normal; Lo que importa es la reparación
Autor: Psicóloga Jimena Mijares
Fecha: Noviembre del 2020
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La investigación muestra que no es realista, ni posible, ni siquiera saludable, esperar que nuestras relaciones sean armoniosas todo el tiempo. Lo más probable es que se producirán peleas, y lo que importa más es cómo responder a ellas.
Comienza con la construcción de relaciones positivas:
- Pasa un “tiempo especial” con cada miembro de la familia individualmente para para profundizar su relación personal. Deja que ellos controlen la agenda y decidan cuánto tiempo pasarán juntos.
- Diles lo mucho que los aprecias y las cosas que les agradeces.
Cuatro pasos para una reparación auténtica
Estas sugerencias son una guía, pero tú debes considerar la edad y la personalidad de la persona con la que deseas reparar un pleito. Algunas discusiones son pequeños y es posible que sólo necesiten una plática sincera, pero las heridas más profundas necesitan atención psicológica.
1. Reconoce tu error: Primero, intenta comprender el daño que causaste. No importa si no fue intencional o cuáles fueron tus razones. Este es el momento de apagar tu modo de defensa y concentrarte en comprender la molestia de la otra persona.
Puedes comenzar preguntándole: “¿Te hice daño? Ayúdame a entender cómo ”. Esto puede ser difícil y requiere que escuchemos con un corazón amoroso y abierto, mientras escuchamos el punto de vista de la otra persona.
Trata de no culpar a esa persona por ser sensible, o merecer lo que sucedió. Cualquier intento de minimizar la herida del otro, no es una reparación auténtica. Recuerda: "Es reconocer la herida lo que saca la espina".
2. Expresa remordimiento. Aquí, un sincero "lo siento" es suficiente.
Disculparse puede ser complicado. Puede sentirse que estamos renunciando a tener la razón, o sentir que "perdimos". Pero es fácil quedarse atascado en una relación si no lo hacemos.
No existe una fórmula perfecta para una disculpa, excepto que se dé de una manera que reconozca la herida y se enmiende. Y puede haber diferentes caminos para eso. Por ejemplo, "Tienes razón, yo estaba equivocado".
3. Considera si es prudente ofrecer una explicación. Si sientes que la otra persona está dispuesta a escuchar, puedes proporcionar una breve explicación de tu punto de vista, pero ten cuidado, ya que nunca debes perder de vista la herida de la otra persona. Este no es el momento de quejarte, esa es una conversación para otro momento.
4. Expresa tu intención de arreglar la situación y evitar que vuelva a suceder. Trata de ser concreto y práctico sobre cómo se puede prevenir el mismo error en el futuro. Puedes comenzar con "La próxima vez intentaré..." o "Voy a esforzarme mucho para ..."
Recuerda perdonarte a ti mismo también. Este es un proceso tierno, todos somos trabajo en progreso y los adultos aún estamos en desarrollo.
Si tú o alguien que conoces le gustaría trabajar en este tema recuerda que podemos ayudar. Contacta a un psicólogo o psicóloga dentro de nuestro equipo de psicoterapeutas, para agendar una sesión online o presencial.
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