El apoyo a los niños en pandemia.


Es difícil adaptarse a experiencias potencialmente nuevas y limitadas.

Autor: Mariel Mitre

Fecha: Agosto del 2021

Así como los adultos se preocupan por los cambios inesperados en las rutinas y planes sociales, los niños también manejan estos factores estresantes, pero de diferentes maneras. Parte del trabajo como adultos es ayudar a los niños a lidiar con sus preocupaciones de manera saludable. 

Un pequeño recordatorio para todos los padres y cuidadores: siempre que intente hacer lo mejor para sus hijos y trate de tomar decisiones informadas, hay muy pocos casos en los que haya una elección "correcta" o "incorrecta". 

Consejos para sobrellevar la situación: comience por usted mismo.
Primero, recuerde que debe cuidarse. Nunca minimice o descarte sus propios sentimientos, pero transmita información de una manera moderada. 
En segundo lugar, algunas personas se adaptan más lentamente al cambio y necesitan paciencia. 

Esté atento a las señales de angustia. También existen preocupaciones más serias que se deben tener en cuenta con los hijos, como cambios significativos en el comportamiento o el funcionamiento, que pueden indicar la necesidad de ayuda profesional. Esté atento a los cambios en los hábitos alimenticios o de sueño. 

Ayude a los niños a superar lo que se están perdiendo. Para muchos padres e hijos, la mayor preocupación no son los aspectos académicos, sino cómo reemplazar la pieza social que falta. Podrían agregar jugar con amigos en su vecindario y disfrutar de la experiencia compartida de aprendizaje.

En preescolar y primaria el mayor enfoque debería estar en el desarrollo emocional. Pero lo que se están perdiendo, son habilidades emocionales importantes, como tomar turnos, compartir juguetes y compartir responsabilidades. Estas actividades ayudan a los niños a aprender a tolerar la frustración al tener que esperar por algo que quieren. Si puede replicar cosas simples en casa que enseñan paciencia y cómo hacer una pausa y pensar, hágalo.

Secundaria y preparatoria, para estos estudiantes, la escuela incluye aprender más sobre su identidad social. Los estudiantes que atraviesan la pubertad se hacen grandes preguntas. Asegúrese de que se estén llevando a cabo los temas y las conversaciones adecuados. 
Durante los grados superiores, las áreas en las que centrarse incluyen la formación de hábitos, deben progresar una meta a largo plazo y tómese el tiempo para apreciar cualquier experiencia positiva.

Anímelos a que formen buenos hábitos de trabajo y se fijen metas, pero también a que dediquen tiempo a sus pasatiempos, intereses y pasiones. Las personas mayores, especialmente, están experimentando tristeza por perderse "la última vez que pude hacer X, Y o Z". La falta de actuaciones es una pérdida de parte de su identidad.

Si bien no podemos "compensar" las expectativas de nuestra vieja normalidad, podemos intentar adaptarnos a este nuevo mundo. Aprender a afrontar la situación y encontrar recursos y podemos ayudar a los hijos a formar recuerdos positivos durante este tiempo. A esto a veces se le llama una "mentalidad de crecimiento", la idea de que podemos crecer superando los desafíos que enfrentamos.


Recuerda que si tú o alguien que conoces le gustaría trabajar en este tema recuerda que podemos ayudar. Contacta a un psicólogo o psicóloga dentro de nuestro equipo de psicoterapeutas, para agendar una sesión online o presencial.


Agenda: 22.27.66.46.94



Texto traducido de: Huston, P. (2020) Tips for supporting our kids through the pandemic En: Wexner Medical Center at the Ohio State University.







Obesidad infantil

La obesidad se trata de una enfermedad multifactorial y compleja que puede desarrollarse desde la infancia, y se caracteriza por un exceso de grasa corporal, la cual pone a la persona en una situación de riesgo para la salud.

¿Mi hijo es preadolescente? ¿Qué hacer?

De los 9 a los 12 años la personalidad del niño está más definida; su pensamiento está más organizado y busca explicaciones lógicas para entender el mundo que lo rodea, demuestra menos admiración a sus padres y más sentido crítico, llegando incluso a rebelarse; es más sensible a los sentimientos de otros. Entre más preparados estén los padres a estos cambios, se podrá atravesar esta etapa (de cuarto a sexto de primaria) con mejor comunicación, comprensión y cercanía afectiva.