¿Cómo me afectan las redes sociales?


Autor: Yolanda Fajardo Ponce

Fecha: Febrero del 2019

Estamos en una nueva época en donde la tecnología y las redes sociales se han vuelto indispensables en nuestro día a día. Hemos remplazado un apretón de manos por un hola en whatsapp, incluso hemos dejado de ver a los ojos de aquellos que están frente a nosotros para ponerle un me gusta en la foto de alguien ausente. Un cumplido verbal perdió valor cuando ahora prefieren un comentario en su publicación, estamos en los tiempos donde nuestra sensación de belleza depende de cuantos seguidores tengo y de lo que dicen de mí. Por esto y más razones las redes sociales nos están afectando, se crea una dependencia insaciable con ellas, tanto que cada tres minutos tenemos que voltear a ver si hay algo nuevo en nuestro teléfono.

Ninguna persona conoce los límites del internet y todos los problemas que traen las redes sociales; cada día se conoce una actualización nueva, en donde la privacidad y la seguridad se pone en peligro. Al hablar de seguridad no sólo se hace referencia a una seguridad física, si no que también se pone en duda la seguridad emocional, ya que la identidad e integridad se pone a prueba. Las redes sociales tienen una función inicial que es el pasatiempo, pero esto ese ha trasformado a lo largo de su existencia, tanto que han cambiado nuestra forma de usarlas, de pensar o incluso de sentir, ya que son medios de comunicación.

Toda red social tiene una eficacia, el problema está en el “mal” uso de ella, por ejemplo cuando son un medio para acosar a alguien. Sigue leyendo: cyberbullying

Los contenidos normalizan estándares de belleza que son difíciles de alcanzar, que provocan ansiedad. Promueven la comparación entre los perfiles más “cools” y poner como propósito de vida el conseguir más seguidores y "me gusta" en una publicación.  El problema está en que la realidad no puede ser editada o modificada y en las redes sociales encontramos la posibilidad de cambiarla y poner la mejor versión de nosotros o de nuestra vida, usando aplicaciones que mejoren nuestra condición física o incluso aparentar otro nivel económico. Las personas pueden crear identidades falsas, al modificar tanto sus vidas, que aquella que exponen no es la suya, es la creación de lo que desean.

Las personas relacionan su perfil social con su vida real, si no tienen los seguidores suficientes a comparación de alguien más “popular” el autoestima disminuye y esto genera ansiedad para alcanzarlo; también se relaciona la aceptación con el número de “likes” que reciben al subir una foto o publicación.

También, las redes son adictivas e insaciables, lo que dificulta el desempeño escolar o laboral, porque alteran los tiempos de atención-concentración. La falta de sueño o el tenerlo durante el día puede ser una de las consecuencias de la adicción al internet, ya que las horas pasan sin notarlas, mientas se usan. 

La solución no está en la prohibición de ellas, sino en promover la educación y formación del buen uso de las mismas. Lo esencial es que los padres den un buen ejemplo del uso de las redes, ya que los hijos pueden justificarse por la conducta que toman ellos. Promover un buen vínculo padres e hijos, entre amigos y entre la pareja, basado en la confianza para que la convivencia cara a cara sea más importante.

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Referencias:

Echeberúa, E (2012) Adicciones a las redes sociales. Editorial: Ediciones Pirámide. Madrid.


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